Historia de Conil

Historia de Conil
Todo pueblo tiene una historia, y Conil de la Frontera no es una excepción. Ha sido su historia la que ha llevado a este pueblo costero de la provincia de Cádiz a ser el rincón con encanto que es hoy en día.
Un municipio que hasta hace pocas décadas albergaba una población de agricultores y pescadores con un turismo reducido que ha pasado a ser considerado uno de los mayores enclaves de interés turístico de la costa gaditana.

Conil en sus inicios
La historia de Conil comienza cuando llegaron los fenicios y fundaron la ciudad. Ellos fueron los que iniciaron las primeras almadrabas y convirtieron el atún rojo en el motor de la economía local. Más tarde llegaron los cartaginenses, quienes añadieron las salazones como método de conserva del pescado fresco. Sin embargo, no fue hasta la llegada de los romanos cuando Conil adquirió mayor esplendor al formar parte de la Vía Hercúlea y al unirse con las ciudades de Málaga y Cádiz. Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, llegó el turno de vándalos, visigodos y bizantinos quienes lucharían entre ellos hasta la llegada de los musulmanes.

La llegada de los cristianos
Hubo que esperar hasta 1265 para que los cristianos conquistaran Conil y le dieran el sobrenombre “de la Frontera”. Durante este periodo, el pueblecito gaditano estaría gobernado por Alonso Pérez de Guzmán, conocido como “el Bueno”. Una de las representaciones más emblemáticas de Conil es la Torre de Guzmán que aún perdura como protagonista en la Plaza Santa Catalina. El pueblo comenzó a posicionarse como un referente en las almadrabas, pero una crisis interna en el siglo XVII propició el auge de la agricultura y la ganadería. Una nueva oportunidad que surgió de estos tiempos de crisis.

Del siglo XX hasta hoy, el auge del turismo
En la década de los 60, Conil de la Frontera era un referente para el turismo nacional, sobre todo para los sevillanos y cordobeses. Su entorno natural y la amabilidad de su gente hizo que los turistas comenzaran a establecerse en la localidad y no solo nos visitaran en épocas veraniegas. Poco a poco, el municipio pasó a ser un enclave vacacional para el turismo internacional hasta llegar a la actualidad.

Patrimonio
La historia ha propiciado que Conil de la Frontera sea un destino idóneo para el disfrute de la naturaleza y la buena gastronomía. Para conocer más a fondo todos estos años, se organizan visitas guiadas por el centro histórico, el pinar y las calas de Roche o por la playa Castilnovo. Una oportunidad para empaparse del Patrimonio Histórico que permanece en buenas condiciones en la localidad y que recuerda por todo lo que ha pasado este pueblo costero hasta convertirse en el referente que es actualmente. Seguro que el tiempo nos seguirá demostrando nuevos aspectos aún desconocidos de lo que fue, es y puede ser Conil de la Frontera.