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¿Por qué venir a Conil de la Frontera?

3 abril 2019 por Suradmin74

Su belleza natural

Sobre la costa de la luz, que baña la provincia de Cádiz, destaca un milenario pueblo pesquero por el que discurren kilómetros de arena fina y dorada. Su nombre: Conil de la Frontera.

Ambiente cálido con aguas cristalinas de playas que poseen su propia personalidad, su forma, sus accidentes, su huella del tiempo. Desde playas abiertas que acogen un ambiente más familiar, como Los Bateles o La Fontanilla, hasta las calas más escondidas que nos resguardan del azote del viento.

Atún en Conil de la Frontera

Su historia milenaria

El origen de Conil se remonta a la época de los fenicios, quienes se instalaron en la zona y desarrollaron una técnica de pesca conocida como almadraba. Un arte que a día de hoy se sigue empleando para la captura del atún rojo de manera casi idéntica a como era hace 3000 años. Testigo de ello es el mes de mayo, tiempo en el que el atún hace su paso por el estrecho en su migración hacia el mar Mediterráneo.

Por estas tierras han pasado, además, cartagineses, romanos, musulmanes, bizantinos, vándalos, visigodos y cristianos. Cada cultura ha dejado una parte de su legado en la historia de Conil.

Gastronomía de Conil

Su oferta culinaria

El pescado fresco, las verduras de la huerta y la carne de vacuno son tres productos estrella que destacan en la gastronomía conileña. Famoso es el atún rojo que se sirve en la mayoría de los restaurantes de la zona elaborado de diversas maneras. Otro manjar es el bocinegro, un verdadero sibarita de los mares que se alimenta de gambas y cangrejos, lo que lo convierte en todo un lujo para el paladar.

Del mismo modo, los productos de la huerta conileña hacen ruta más allá de Andalucía. Tomates que se convierten en gazpachos, alcauciles que aparecen en la mesa en forma de potajes o fresas que se complementan a modo de postre con cualquier menú.

Porque Conil de la Frontera 2

Su identidad andaluza: pueblo blanco

Las playas acaparan todo el protagonismo del pueblo, sin embargo, la belleza de Conil de la Frontera se encuentra en todo su conjunto. Sus casas blancas, la iglesia parroquial de Santa Catalina, la Torre de Guzmán, sus plazas, su río, etc. Sus callejuelas están repletas de tiendecitas, bares, restaurantes, terrazas y cantidad de flores.

Pasear por el pueblo es perderse por pequeños patios andaluces escondidos y reaparecer casi a las orillas del mar.

Lo que ofrece

Conil de la Frontera no es solo un mar de tranquilidad ideal para el descanso, también cabe en él momentos para la diversión y el ocio. Podrás practicar surf o kitesurf en la playa de Castilnovo; esnórquel o piragüismo en la cala del Aceite; vuelo en parapente desde los acantilados de la playa de la Fuente del Gallo; rutas en bicicleta por los acantilados y el pinar de Roche, etc.

Quizás te falten días para todo, pero lo bueno de ello es que tendrás una excusa para volver.